Rozando la gloria con la BBC Symphony Orchestra


El pasado 27 de mayo en el Auditorio de Murcia asistí al concierto ofrecido por la BBC Symphony Orchesta dirigida por Sir Andrew Davis y Leonidas Kavakos como solista de violín. El programa comenzó con la orquestación para orquesta de la pasacaglia y fuga en do menor BWV 582 de Bach, una obra que a mi juicio pide a gritos este ejercicio de imaginación orquestal. El conjunto sonó barroco, los metales y las maderas como tubos de órgano… en fin una delicia su escucha. Continuó la tarde con el concierto de violín nº 2 de Szymanowski, que aunque no es el mejor de los dos escritos por este autor polaco tardoromántico, exige plena atención de orquesta y solista fundiéndose en ocasiones en un frenesí sonoro inefable. La prestación de Kavakos, no la olvidaré en mucho tiempo. Magistral.
La segunda parte dio comienzo con las Danzas de Don Quijote de Gerhard, el compositor español huido de la guerra civil e instalado en Inglaterra, que los ingleses consideran como suyo pero que su música respira a españolidad por los poros. Sus danzas son un ejemplo de la mejor música española que se hizo en el pasado siglo XX. Tradicional al tiempo que moderna y llena de hallazgos tímbricos y armónicos. La orquesta la interpretó magníficamente. Continuó el concierto con la sinfonía en tres movimientos de Igor Stravinsky, que fue denfendida por Davis con una trasparencia pasmosa. Como no podía ser menos –aunque el público de Murcia es muy frío, curiosamente– el público solicitó un bis y le fue ofrecido la canción de la mañana de Elgar, quizás para desengrasar un poco la tensa de la sinfonía stravinskiana. La delicadelza, el buen gusto y el mejor tocar hicieron que les aplaudieramos hasta el máximo, a lo que correspondió su director invitando a tocar a la orquesta el interludio marino de Peter Grimmes de B. Britten. El empleo de todos los recursos orquestales que por momentos sonaron al unísono debería haber dejado al público mudo, pero aplaudió nuevamente hasta darse cuenta de que ir a más era difícil. En definitiva una velada mágica. Voy a solicitar por escrito a los responsables del Auditorio de Murcia que los vuelvan a traer tantas veces como las necesarias para hacernos felices.


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